Frases de Sigmund Freud

Frases de Freud de psicología

• Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas.
• La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.
• Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales, menos a sí mismo.
• No siempre estamos libres de cometer los mismos errores de los que nos reímos de los demás.
• Cuanto más perfecto parezca un hombre por fuera, más demonios tiene dentro.[anuncio_b30 id=3]
• La única persona con la que deberías compararte es con la persona que eras ayer. Esa es la persona a la que debes superar y en la que debes fijarte para ser mejor.
• Antes de que te diagnostiques con depresión o baja autoestima, primero asegúrate de no estar rodeado de idiotas.
• Las multitudes no han conocido jamás la sed de la verdad. Exigen ilusiones, sin las cuales no pueden vivir.
• Existen dos maneras de ser feliz en esta vida: una es hacerse el idiota y la otra serlo.
• He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil.

Frases de Freud sobre el amor

• El amor y el trabajo son los pilares de nuestra humanidad.
• Uno está muy loco cuando está enamorado.
• La gran pregunta que nunca ha sido respondida y que no he sido capaz de responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma humana es, ¿qué quiere una mujer?
• Nunca estamos tan indefensos contra el sufrimiento como cuando amamos.
• No todo depende de los deseos, pero aun así, he decidido intentar llevar a cabo mis deseos.
• La inmortalidad significa ser amado por mucha gente anónima.
• Una mujer debería suavizar pero no debilitar a un hombre.[anuncio_b30 id=4]
• Los hombres son más morales de lo que piensan y mucho más inmorales de lo que pueden imaginar.
• Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.
• Es un buen ejercicio ser del todo sincero consigo mismo.

Pensamientos de Freud sobre la vida

• Si quieres vivir, prepárate para morir.
• El hombre virtuoso se contenta soñando lo que el malvado hace en la vida real.
• La intención de que el hombre debe ser feliz no está en el plan de la creación.
• La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mí.
• Como lo físico, lo psíquico no es necesariamente lo que aparenta.
• La civilización está constantemente amenazada por la hostilidad entre las personas.
• No existe ningún punto de partida si no se sabe bien a donde ir.
• Entramos en el mundo solos y lo dejamos solos.
• De error a error se descubre la verdad completa.
• Un hombre que ha sido el indiscutible favorito de su madre mantiene durante su vida el sentimiento de un conquistador.
• Un buen día, echando la vista atrás, se dará usted cuenta de que estos años de lucha han sido los más hermosos de su vida.
• Nos moriremos todos, pero nuestras obras permanecerán.
• Ningún crítico es más capaz que yo de percibir claramente la desproporción que existe entre los problemas y la solución que les aporto.
• De nuestras vulnerabilidades vienen nuestras fortalezas.
• Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar; quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante.

Frases de Sigmund Freud sobre el inconsciente

• El que tiene ojos para ver y oídos para escuchar puede convencerse a sí mismo que ningún mortal puede mantener un secreto. Si sus labios son silenciosos, parlotean con sus dedos; la traición rezuma de ellos a través de todos sus poros.
• Desde que inicié el estudio del inconsciente, me encontré a mí mismo muy interesante.
• El inconsciente de un ser humano puede reaccionar al de otro sin pasar por el consciente.
• El sueño es la liberación del espíritu de la presión de la naturaleza externa, un desprendimiento del alma de las cadenas de la materia.
• ¿A dónde va un pensamiento cuando es olvidado?
• Ser totalmente honesto con uno mismo es un buen ejercicio.
• Cada persona tiene un deseo que no dice a los demás, y un deseo que no confiesa ni siquiera a sí mismo.
• La voz del intelecto es suave, pero no descansa hasta que ha ganado un oído.